La fístula dental es una condición relativamente común en la que una infección dental crea un pequeño conducto en la encía, lo que puede causar molestias y otros problemas si no se trata adecuadamente.
Desde Clínica Belodonte, expertos en odontología conservadora en Barcelona, explicaremos cuáles son sus causas y factores de riesgo, cómo reconocer sus síntomas y los tratamientos disponibles para prevenirlas y aliviarlas.
¿Qué es una fístula dental?
Es un pequeño orificio o túnel que se forma en las encías o en el paladar debido a una infección en la raíz de un diente. Esta infección generalmente se debe a la caries dental no tratada, que afecta el interior del diente (la pulpa), provocando la acumulación de pus y la aparición de un absceso dental. Este absceso busca drenar a través de la encía, formando una pequeña hinchazón o bulto que se conoce como fístula.
Causas y factores de riesgo de una fístula dental
Sus principales causas están relacionadas con la acumulación de bacterias en la boca. Estas son algunas de las principales razones por las que se pueden desarrollar:
- Caries dental no tratada: La caries puede penetrar la capa protectora del diente y afectar la pulpa, que contiene nervios y vasos sanguíneos. Si la infección progresa, puede dar lugar a un absceso y, finalmente, a una fístula.
- Enfermedad periodontal: La acumulación de placa bacteriana en las encías puede provocar una infección que afecte las raíces de los dientes.
- Traumatismos dentales: Un golpe o un daño en el diente puede permitir que las bacterias entren en la raíz y causen una infección.
- Deficiencias en la higiene bucal: La falta de una correcta higiene dental favorece la acumulación de placa bacteriana, aumentando el riesgo de caries y enfermedades en las encías que pueden llevar a su formación.
Síntomas y efectos de una fístula dental
Los síntomas pueden variar según el grado de infección y su ubicación. Algunos de los signos más comunes son:
- Bulto o hinchazón en las encías: Un pequeño bulto o absceso cerca de la raíz del diente afectado es uno de los primeros síntomas visibles.
- Dolor o malestar: La infección suele ir acompañada de dolor dental o sensibilidad en la zona afectada, que puede intensificarse al masticar o al tocar el diente.
- Mal aliento (halitosis): La acumulación de pus puede generar un mal olor en la boca debido a la presencia de bacterias.
- Secreción de pus: Puede drenar pus, lo que puede aliviar temporalmente el dolor, pero no resuelve la infección subyacente.
Si no se trata, puede empeorar, provocando complicaciones más graves como la propagación de la infección a otras partes del cuerpo, afectando el hueso que sostiene el diente o causando la pérdida del diente afectado.
Tratamientos para la fístula dental
El tratamiento depende de la causa y la gravedad de la infección. A continuación, te mencionamos algunos de los tratamientos más comunes:
- Antibióticos: Si la infección está presente, el dentista puede recetar antibióticos para controlar la propagación de las bacterias y reducir la inflamación.
- Drenaje del absceso: Si el absceso está presente, el dentista puede realizar un pequeño corte en la encía para drenar el pus y aliviar la presión. Este procedimiento ayuda a reducir el dolor, pero no soluciona el problema subyacente.
- Tratamiento de conductos radiculares (endodoncia): En caso de que la infección afecte la raíz del diente, se puede realizar un tratamiento de conductos para eliminar la pulpa infectada y sellar el diente.
- Extracción del diente: Si el diente está muy dañado o la infección es muy grave, puede ser necesario extraer el diente afectado para evitar que la infección se propague.
Prevención de la fístula dental
La prevención se basa en mantener una buena higiene bucal y realizar visitas regulares al dentista. Algunas recomendaciones clave para evitar su aparición:
- Cepillado regular de los dientes: Es fundamental cepillarse los dientes al menos dos veces al día con una pasta dental con flúor para eliminar la placa bacteriana y prevenir la caries.
- Uso del hilo dental: El uso del hilo dental ayuda a eliminar los restos de comida y la placa en áreas difíciles de alcanzar con el cepillo, especialmente entre los dientes.
- Visitas regulares al dentista: Acudir al dentista al menos una vez al año permite detectar problemas dentales a tiempo, evitando que se conviertan en infecciones graves.
- Evitar el consumo excesivo de azúcares: Limitar el consumo de alimentos y bebidas azucaradas ayuda a prevenir la formación de caries y reduce el riesgo de infecciones dentales.
En resumen, una fístula dental es una afección que resulta de una infección dental no tratada, que puede causar dolor, inflamación y otros problemas si no se interviene a tiempo. A través de un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, es posible prevenir complicaciones graves. Mantener una buena higiene bucal y acudir regularmente al dentista son claves para evitar su formación y la de otros problemas dentales. Si experimentas síntomas de ella, es importante consultar con un profesional para recibir el tratamiento adecuado y proteger tu salud bucal.
En Clínica Belodonte disponemos de servicios de odontología conservadora. Para más información o consultarnos un caso, no dudéis en poneros en contacto con nosotros.